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A menudo solemos pensar que el emprendedor es una persona que nace con una serie de cualidades y que por lo tanto sólo son unos pocos los elegidos para llevar a cabo esta tarea. Sin embargo esto no es totalmente cierto: el emprendedor no nace, se hace.
Para entender mejor esta afirmación, comencemos repasando cuáles son las características que todo buen emprendedor debe tener:
Como ves, todas estas características, en mayor o menor grado, las encuentras en los niños de manera innata, de hecho es frecuente, aunque no siempre nos fijamos, encontrar a los niños jugando a diseñar y desarrollar modelos de negocio.
Recientemente mi hija de 10 años me sorprendió con un juego que estaban llevando a cabo entre varios niños de su edad en el colegio, habían montado una pequeña empresa de fabricación de figuras con pysslas (unas pequeñas piezas que están huecas y que insertas en un tablero formando figuras, al aplicarles calor, se unen tomando consistencia, ver imagen destacada del post).
En el juego habían definido diferentes roles entre los participantes, una jefa que se encarga de la producción y los comerciales, tienen reuniones de trabajo e , incluso han definido un horario. La moneda para comprar figuras son caramelos y los comerciales tienen comisiones por ventas. Toda una estructura de mini empresa.
Mi hija no es un caso aislado, por supuesto que no, quién no ha visto a niños jugando a vender productos de todo tipo, o el caso de Caine, del que ya escribí un artículo, que con cajas de cartón había creado todo un salón de juegos.
Y si de forma natural tenemos gran parte de estas capacidades, ¿por qué las perdemos con el paso del tiempo?
Pensemos cómo está diseñado el modelo educativo y podremos sacar algunas conclusiones:
Tenemos un sistema educativo que no prepara a profesionales para que creen su propio puesto de trabajo y puedan crear otros, sino que preparamos a trabajadores disciplinados, que en muchas ocasiones su preparación ni siquiera tiene demanda en la sociedad donde vivimos, viéndose abocados a emigrar a otros países después de haber invertido dinero de todos en su formación.
¿No sería más razonable ir a un sistema educativo donde se estimulen y desarrollen las características de las personas emprendedoras?, ¿no sería una buena forma de cambiar el tejido productivo de un país dejar que sean las personas que lo habitan quiénes decidan hacia dónde ir?
Desde luego desde un punto de vista político son preguntas incómodas ya que van dirigidas a crear una sociedad más responsable y crítica, pero desde el punto de vista económico y, sobre todo, de satisfacción personal, creo que es la única alternativa viable.
En cuanto al juego de mi hija, la incitaré a que siga practicándolo, que introduzcan nuevos elementos que les ayuden a conseguir muchos caramelos, sin azúcar a poder ser 🙂 y a hacer trabajos interesantes que gusten a su público.
Y tú, ¿qué opinas acerca del emprendimiento?, ¿qué actuaciones se podrían llevar a cabo desde el colegio para fomentarlo?, si quieres compartir con nosotros tu opinión estaremos encantados de escucharla, un poco más abajo dispones de una zona donde dejar tus comentarios.
Muchas gracias por tu atención y nos vemos en el siguiente artículo.
Un fuerte abrazo.
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